jueves, 2 de mayo de 2013

Siempre formarás parte de mi.

Dos de mayo del 2013... Cuatro años después de tu adiós -prefiero pensar que fue un: hasta siempre- y tu esencia sigue viva. Está aquí, surge de alguna remota parte en esos momentos especiales de la vida, aquellos que deberías estar viendo... Y cuando ésta aparece, cuando tu esencia se apodera de mi, me invaden todos aquellos sentimientos con los que he aprendido a vivir. Sí, la nostalgia, la tristeza, mi amor por ti... El particular enfado con el mundo, mi necesidad de contarte cómo estoy, qué deseo...
Y es que realmente haría cualquier cosa por un último instante, por que vieras todo aquello en lo que me estoy convirtiendo.. Si te tuviera aquí, te contaría los altibajos que está sufriendo mi vida... Te transmitiría la felicidad absoluta que estoy sintiendo con ciertas cosas que están sucediendo, pero también te abrazaría esperando que me protegieras como hacías siempre de todos los baches por los que estamos pasando... Porque contigo era así. Siempre te volcabas en los demás, en su felicidad, la tuya era simplemente secundaria. Contigo nunca encontrabas un pero, eras una mujer única y especial, y lo eras en todos los sentidos, pasara lo que pasara. Supongo que este es el motivo por lo que tu esencia sigue viva, precisamente por eso es prácticamente imposible que tu nombre no aparezca en cada conversación importante.
Lo que quiero decir es que estás aquí, de una manera u otra, en una sonrisa o en una lágrima, y cada uno a su manera, pero estás aquí... Para mi, para todos aquellos para los que siempre, sin peros ni condiciones, tuviste una mano amiga.
Y a día dos de mayo, solo quiero recordarte que te echo de menos, a ti y a tus particulares virtudes... Tú ya sabes de lo que hablo -la fortaleza, la paciencia, la elegancia, la bondad, el equilibrio frente a todo, la clase, tú clase. Así es como todos te recuerdan, sí, “la mujer con clase”. ¿Es gracioso no? Aunque yo prefiero describirte como “mi persona”, “mi ejemplo a seguir”, “mis raíces pero también mis alas -puesto que tú siempre me animaste a que persiguiera mis sueños-”. Y ahora que lo digo, debes saber que me he quedado con tus enseñanzas. Quiero que sepas que soy persistente y fuerte, que voy en busca de todo aquello que quiero. No me rindo, nunca me rindo. Y creo en las personas, ¿Sabes? Es lo que más me inculcaste. Creo en la bondad de la gente, lucho por ella. Soy buena lalita. Como tú... Es verdad que como bien sabes esa “inocencia” -por llamarlo de alguna manera- me causa ciertas decepciones, puesto que siempre espero lo mejor de los demás... Pero creo que a pesar de ello, es nuestra gran virtud. Y diciendo esto puede que parezca algo patética... Pero es que como ya he dicho antes, eres mi ejemplo a seguir. Por eso te necesito aquí, echo de menos nuestras conversaciones...
Y a pesar de ello, cuatro años después, estoy aprendiendo a ser fuerte, consolándome con la idea de que estás en algún lugar escuchando está carta, siendo feliz. Te escribiré pronto, recuerda que te quiero. Siempre lo hice, siempre lo haré.

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