Caí y me levanté. Volví
a tropezar, y volví a seguir adelante. Pero resulta que es la
historia que nunca acaba, y cansa. Básicamente porque ya llega a ser
demasiado repetitivo, diría que incluso aburrido. Pero aquí
estamos, me he vuelto a encontrar cara a cara con la pared, y como es
de suponer, me he llevado una ostia de esas que saben a derrota. Pero
ya sabéis, el haberlo vivido tantas veces antes te enseña a verlo
desde otra perspectiva, aunque, ¿por que no? Sigue siendo una
putada. Otra ostia. Otra piedra. ¿Y que? ¿Ahora qué? Pues nada,
como siempre, sigues sin tener otra opción que sacar fuerzas de
donde ya no te quedan y volver a superarlo.
Resumiendo, próxima
parada: Pegote de rimel, un poco de tapa lágrimas y a empezar un
nuevo camino, y añado, recuerda llevar unos bonitos tacones que
suenen a esperanza a cada paso que des..
No hay comentarios:
Publicar un comentario